Mostrando entradas con la etiqueta Mauricio Hoyos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mauricio Hoyos. Mostrar todas las entradas

viernes, 2 de marzo de 2012

2012: UNA ODISEA DEL TIEMPO

Por Mauricio Hoyos, maoh.mu@gmail.com

El tema desborda nuestras capacidades. Los Mayas, que florecieron siglos antes de la conquista de América, nos resultan desconocidos. Su conocimiento del tiempo y de la cosmología es de viajeros cósmicos. El relieve en la tumba de Pacal Votán muestra un hombre instalado en una extraña máquina de propulsión, que ha dado mucho que especular a los estudiosos. Miraban hacia el cielo más que hacia la tierra, no tenían nuestras ataduras. Hablamos con un conocedor de estos asuntos, Weimar Moreno Silva, ingeniero y filósofo, profesor de electrónica del ITM, quien desde sus múltiples saberes sugiere que ante estos misterios lo mejor es “dejar que el espíritu se estremezca”. Weimar estudió durante tres años con el ingeniero colombiano Guillermo Hernández Barbosa, experto mundial en el asunto, autor del libro Retorno A-Maya, a quien se puede consultar en su página web (retornomaya.com).

Ilustración Francisco Monsalve
 ¿Quiénes eran  los Mayas?
“Supuestamente los Mayas, contrario a las otras grandes civilizaciones de la tierra, no se asentaron junto a los grandes ríos, el agua los podía matar. Ellos hablaban de Maldek, el planeta que existía entre Marte y Júpiter, lo que ahora llamamos cinturón de asteroides. Dicen que ahí primero hubo vida y que llegaron a la fusión del átomo, es decir a poderse destruir con la energía nuclear. Que fue lo que ocurrió. Algunos lograron viajar a la cuarta luna de Júpiter, Ganímedes. Después el experimento vital fue en Marte, Marte tuvo otra civilización antiquísima y allá fue un virus lo que los acabó, un gran sida, un virus biológico. Y luego siguió la tierra. Se asentaron en Meso América. De hecho estaban esperando a Hernán Cortez en las playas de Yucatán cuando llegaron los españoles. Se terminaban los 13 mundos, arrancaban los 9 inframundos. Y supuestamente para 1987 empezaba la Convergencia Armónica, los 26 años para terminar todo. Entonces ellos tienen profecía para cada año y esperan que la gente haga el salto en el tiempo, como un despertar de la conciencia, para volver a recuperar ciertos poderes. Para volver a comenzar un nuevo ciclo”.

¿De dónde se recuperó esa información?
“Yo tuve un gran maestro, Guillermo Hernández, que fue un estudioso de ellos, con José Arguelles.  Eso fue un Boom y se empezó a estudiar muchísimo. Obviamente hay detractores, dicen que los Mayas nunca dijeron todo eso. Pero uno cómo sabe qué es verdad y qué no. Uno simplemente escucha y deja que se estremezca el espíritu. Dicen que los Mayas se perdieron 140 años para ir a hacer los glifos falsos que iban a encontrar los españoles. De hecho no han encontrado restos de Mayas. Parece que hubieran hecho el cambio dimensional. Porque, si son expertos en el tiempo, pues podrían hacer eso que para nosotros ahora es ciencia ficción: agujeros negros, agujeros blancos… lo que están esperando es que los descubran. Como ahora con los bosones de higs y los neutrinos, ya empiezan las paradojas a cambiar todos los paradigmas de la física”.
 “Y se espera que sea algo más de la conciencia, el humano recuperando su gran poder. Porque dicen que si la humanidad sube de nivel, la tierra sube de nivel, el sol sube de nivel, o sea el sol aspira a la conciencia galáctica, la tierra aspira a la conciencia solar, nosotros aspiramos a la conciencia planetaria. Dicen que el sol a través de sus manchas y fáculas recibe todo el ADN de la galaxia, lo procesa cada once años, envía esos borbotones de energía como ADN para todo el sistema, la tierra recibe el ADN solar lo procesa como ADN terrestre y lo envía a cada una de las criaturas. Todo un juego muy bello de armonía, y es una historia impresionante. Nosotros tenemos un tiempo que es bidimensional, el reloj, y el tiempo es cuarta dimensión, o sea que lo bajaron al plano. La tierra desentona cuando deja de estar en sincronía con la galaxia. Dicen que aparecen las plagas. Sí, creo que a nosotros no nos tienen que enseñar muchas cosas para saber que el humano ha incidido de una manera brutal en todo el viaje vital. Porque el humano es un viviente  y no está llamado a definir la vida. La vida está antes que nosotros. Y nos hemos sentido dueños, superiores, es ridículo. La flor en la selva florece y exuda su olor hacia el cosmos así nosotros no la veamos”.

¿Qué implicaciones tuvo que ellos supieran del cero?
“No solo el cero sino el sistema vigesimal. Ellos tenían base 20, nosotros tenemos base 10,  obviamente tenían conteos muy distintos. Tienen una 10 milésima de error con respecto al año cósmico. La Nasa en todos los cálculos que hace se basa en los cálculos Mayas. Nosotros tenemos un conteo del tiempo muy malo, cuando el tiempo es la correa de transmisión como decían ellos. Hablemos kantianamente, un apriorismo, algo que subyace, uno tiene que ir acorde con todo eso que va, con la misma energía de la galaxia y del conteo del tiempo. Como si todos los astros fueran una piñonearía del gran reloj. Se espera que colapsen muchos sistemas incluso. Eso como que ha ocurrido muchas veces. Porque nosotros tenemos un empañetamiento, una historia trunca, hemos perdido la memoria. Ellos dicen que el problema de nosotros es que se nos olvidó que se nos olvidó. Yo pienso como en una bomba atómica mental, por ser más romántico. Definitivamente dominar el tiempo es dominarlo todo”.

¿Qué ocurrirá el 21 de diciembre de 2012?
“Ellos dicen que para esa fecha el sol de nuestro sistema se alineará con el sol central de la galaxia, que lo llaman Hunab ku.  Y eso es una cuestión energética muy poderosa. Hunab Ku es el sol de la galaxia”. 

¿Cuál es el sentido de la vida según los Mayas?
“El sentido del vida era digamos el respeto a la naturaleza. Ellos conocían los movimientos rotacionales, translacionales, sinódicos. Ponían a sus habitantes a mirar una estrella, observaban cuando la estrella daba una vuelta. Tienen un conocimiento de los planetas antes de Hubble, eso da cuenta de que conocían la galaxia y sus viajes. Estamos hablando de Mayas antiguos. Ahora los Quiché [etnia guatemalteca] obviamente no tienen todas esas memorias. Los mayas se han puesto de moda, todos se mantienen especulando, y los gringos dañando, que es lo que le gusta hacer. Uno tendría que ser más reflexivo y más crítico al mirar esos programas. La gente cree que eso es cierto. Los físicos que aparecen por ahí son los fashión, los físicos serios del planeta no aparecen por ahí. Es todo un negocio de minar conciencias, dejar que uno se quede oscuro y no mire al cielo. Mira la evolución del concepto tiempo, el tiempo es oro, eso es muerte, eso te hace esclavo. Si es oro te hacen sentir culpable si lo pierdes, cuando eso era la contemplación, la posibilidad de reflexionar en el ser, así nace la matemática y la filosofía”.

Pensar en las partículas cósmicas que atraviesan continuamente la tierra es ser un modo de entender lo que puede pasar, el llamado rayo sincronizador, háblenos de todo eso invisible que compone el espacio-tiempo.
“Es como si todas las dimensiones estuvieran acá. Nos están atravesando todo el tiempo partículas a velocidades muy altas. Pero cualquier cambio particular obviamente va a cambiar toda la estructura. Existe la teoría de supercuerdas, cuerdas de tamaños infinitesimales que son las que componen como todo. Estamos inhalando lo que el otro exhala, todo está vinculado, es una simbiosis de todo.  Por ejemplo los campos morfogenéticos, que es como si el pensamiento estuviera ahí, uno simplemente fuera un transductor, como una antena. Nosotros no concebimos esas dimensiones por nuestra cerrazón, pero a través de la meditación se puede penetrar esos estados de la mente. Y mirando a nivel de partículas, si hay un cambio a nivel fotónico entonces tiene que ocurrir una transformación muy grande al nivel de las estructuras y de la materia. Con nosotros todo es evidente, lo que vemos, entonces el ser humano le ha dejado al más allá lo que tiene que hacer más acá. Somos maduros en el cuerpo, en la mente, en la razón y apenas estamos incursionando en el espíritu. Dicen que lo que sabemos y lo que no es el 10 % del universo. La física abandonó el campo unificado, ya no va en su busca. El 5 para los Mayas, representado con una rayita, es la fuerza nuclear, es la cohesionadora. Es la fuerza unificadora de las fuerzas conocidas, electromagnética, gravitacional, débil y fuerte. Ya casi que eso raya con dios, en el sentido de que es una fuerza como el amor, no ese amor que aquí volvimos capricho y canción, sino el vínculo desde los corazones mismos con el corazón de la galaxia”.

Texto publicado en la edición N° 8, Educación

miércoles, 4 de enero de 2012

Manrique´s micros


Reseña

Por Mauricio Hoyos

Jaime Espinel. Ilustración Mauricio Hoyos
Es un libro que recoge algunos de los mejores relatos de Jaime Espinel, o Esquinel, más conocido entre los nadaístas como Barquillo, quien murió apenas en el 2010 sin demasiados aspavientos, salvo sus amigos nadaístas (y un neonadaísta), el escritor desconocido se hundió en una nube densa de Piel Roja sin filtro. Exagerando mucho Jotamario Arbeláez escribió el 7 de abril de 2010 en El tiempo que “Barquillo es el narrador más bravo, no sólo del nadaísmo sino de la Colombia literaria entera”.  Es un comentario exagerado y escandaloso.
Era un escritor complejo y marginal, fumívoro (hasta la muerte) y nadaísta, se sabe, que dejó algunos libros de cuentos y algunos poemas. Alberto Aguirre, que juzgaba duramente a los nadaístas, dijo del libro de cuentos Agua de luto: “Espinel aborda el problema del texto, ante todo, como lenguaje: por fin un escritor civilizado”. Puede parecer primaria la acotación, pero en este escritor el lenguaje es un problema, que transmite al lector: la realidad se retuerce en estos cuentos, estalla la lógica, no hay nada convencional, lo asaltan a uno de repente los localismos, las palabras que no tienen cabida en el diccionario pero sí en la calle. El asunto es que cuando ha terminado uno de leer, puede quedar como al principio, hace falta otra lectura, para ver si tras ese maremágnum de frases ensambladas como por un narrador energúmeno hay algún cuento, algo que sobreviva como anécdota, para decirle al amigo; mirá, ve, leí un cuento de Esquinel. Y a veces ocurre que sí hay cuento, como en “Chamorro muere a la víspera”, que transcurre en Manrique y en Manhattan, donde pasado y presente, Medellín y New York se transponen, con sepelio. Hay mucho muerto en Manrique´s Micros y mucha bala, mucho Metrallín, mucho bandido, mucha bareta, mucha coca. Por eso no es un escritor recomendable para los niños: ya crecerán y verán por sí mismos, porque es firme en Espinel el compromiso con retratar la realidad hasta donde le alcance la palabra.
 Tal vez sus páginas memorables se pierdan entre el farragoso y delirante soliloquio de sus personajes. Siempre en primera persona, su obra recoge un amplio espectro del drama nacional, desde el crimen de un cura en los tiernos albores de Medellín, el clima de zozobra de la Violencia, los locos 60’s, hasta los rudos años mafiosos, que no cesan, pasando por su versión de la muerte de Gardel, entre llamas, hasta las andanzas de un baterista en un cuento con momentos de mucha intensidad y también final funerario.
Para alguien que viva en Medellín ha de ser normal tanto funeral. Y quedan faltando antihéroes, músicos, toreros,  presos, aquí nadie da ejemplo, ninguno asume ese discurso redentor del que hoy se abusa.
Aludiendo al título, podría pensarse que se trata de un libro sobre Manrique, pero no lo es del todo, aunque Manrique aparece por todas partes. Es esa encrucijada extraordinaria, con bares y cafetines y tangos (“esos berracos tangos de la carrera calibre cuarentaicinco”, dice en alguna parte). El autor vivió allí, en la 70 con 45, “era una cuadra magnética” (dice en Babel, dic-feb de 2006), en Manrique pasó su infancia y juventud durante las décadas del cuarenta y cincuenta, “Manrique es el padrenuestro de penetraciones y dudas” (pag. 95, Manrique´s Micros). Y a principios de los sesentas, cuando su vida lo cruzó con los nadaístas. Son montones las anécdotas donde aparece Esquinel junto a la tropa rebelde. Pero Manrique´s Micros tampoco es sobre los nadaístas, aunque es muy nadaísta el retorcerle el pescuezo al lenguaje, el saltarse las normas, ese estallar en la cara del lector.
Cuando en el 65 viajó a Nueva York, donde estuvo hasta el 71, ya era un joven muy culto, en el avión leía a Faulkner en inglés, aunque no hablaba todavía el idioma y sólo sabía pedir sanduches de atún para comer. Allá escribió (algunos cuentos de Manriques´s Micros), estudió, fue profesor,  se casó, vivió la noche, la cultura, conoció a Bob Dylan (“creo que B.D. es el mejor poeta de habla inglesa del siglo XX“, dijo en Babel, y en uno de sus cuentos: “El Dylan que totaliza todo el sueño de ser inmortal que ha acariciado el hombre”), se cruzó con los mafiosos  colombianos y hasta tuvo tiempo de publicar con otros colombianos (con Amilcar U y otros) una revista: la Gaceta Chibcha.
Se hastió de EEUU y regresó a Medellín con los suyos, cerca a los bares, los billares, las tertulias, el nadaísmo, cerca al sufrido espíritu de los personajes de sus cuentos: ninguno es feliz, casi todos son borrachos, marihuanos, les gusta el tango y Bob Dylan y Benny Moré y son muy cultos, pues extrañan las lentas conversaciones sobre Proust, saben de Dylan Thomas, Kerouac, Joyce, en fin.  A veces sueltan frases esplendidas: “el mal es una sola hermandad dispersa sobre el planeta” (pag. 273, Manrique´s…). Manrique tiene, pues, su escritor de culto nacional, que puede dar alguna idea a los Manriqueños sobre su alma, si es que un barrio puede tener alma. 



Texto publicado en la edición literaria.
 

Tinta tres Copyright © 2011 -- Template created by O Pregador -- Powered by Blogger