Por Mauricio Hoyos, maoh.mu@gmail.com
El tema desborda
nuestras capacidades. Los Mayas, que florecieron siglos antes de la conquista
de América, nos resultan desconocidos. Su conocimiento del tiempo y de la
cosmología es de viajeros cósmicos. El relieve en la tumba de Pacal Votán
muestra un hombre instalado en una extraña máquina de propulsión, que ha dado
mucho que especular a los estudiosos. Miraban hacia el cielo más que hacia la
tierra, no tenían nuestras ataduras. Hablamos con un conocedor de estos asuntos,
Weimar Moreno Silva, ingeniero y filósofo, profesor de electrónica del ITM,
quien desde sus múltiples saberes sugiere que ante estos misterios lo mejor
es “dejar que el espíritu se estremezca”. Weimar estudió durante tres años con
el ingeniero colombiano Guillermo Hernández Barbosa, experto mundial en el
asunto, autor del libro Retorno A-Maya,
a quien se puede consultar en su página web (retornomaya.com).
Ilustración Francisco Monsalve |
¿Quiénes
eran los Mayas?
“Supuestamente los
Mayas, contrario a las otras grandes civilizaciones de la tierra, no se asentaron
junto a los grandes ríos, el agua los podía matar. Ellos hablaban de Maldek, el
planeta que existía entre Marte y Júpiter, lo que ahora llamamos cinturón de
asteroides. Dicen que ahí primero hubo vida y que llegaron a la fusión del
átomo, es decir a poderse destruir con la energía nuclear. Que fue lo que
ocurrió. Algunos lograron viajar a la cuarta luna de Júpiter, Ganímedes.
Después el experimento vital fue en Marte, Marte tuvo otra civilización
antiquísima y allá fue un virus lo que los acabó, un gran sida, un virus
biológico. Y luego siguió la tierra. Se asentaron en Meso América. De hecho
estaban esperando a Hernán Cortez en las playas de Yucatán cuando llegaron los
españoles. Se terminaban los 13 mundos, arrancaban los 9 inframundos. Y supuestamente
para 1987 empezaba la Convergencia Armónica, los 26 años para terminar todo. Entonces
ellos tienen profecía para cada año y esperan que la gente haga el salto en el
tiempo, como un despertar de la conciencia, para volver a recuperar ciertos
poderes. Para volver a comenzar un nuevo ciclo”.
¿De
dónde se recuperó esa información?
“Yo tuve un gran
maestro, Guillermo Hernández, que fue un estudioso de ellos, con José
Arguelles. Eso fue un Boom y se empezó a estudiar muchísimo.
Obviamente hay detractores, dicen que los Mayas nunca dijeron todo eso. Pero
uno cómo sabe qué es verdad y qué no. Uno simplemente escucha y deja que se
estremezca el espíritu. Dicen que los Mayas se perdieron 140 años para ir a
hacer los glifos falsos que iban a encontrar los españoles. De hecho no han
encontrado restos de Mayas. Parece que hubieran hecho el cambio dimensional.
Porque, si son expertos en el tiempo, pues podrían hacer eso que para nosotros
ahora es ciencia ficción: agujeros negros, agujeros blancos… lo que están
esperando es que los descubran. Como ahora con los bosones de higs y los neutrinos,
ya empiezan las paradojas a cambiar todos los paradigmas de la física”.
“Y se espera que sea
algo más de la conciencia, el humano recuperando su gran poder. Porque dicen
que si la humanidad sube de nivel, la tierra sube de nivel, el sol sube de
nivel, o sea el sol aspira a la conciencia galáctica, la tierra aspira a la
conciencia solar, nosotros aspiramos a la conciencia planetaria. Dicen que el
sol a través de sus manchas y fáculas recibe todo el ADN de la galaxia, lo
procesa cada once años, envía esos borbotones de energía como ADN para todo el
sistema, la tierra recibe el ADN solar lo procesa como ADN terrestre y lo envía
a cada una de las criaturas. Todo un juego muy bello de armonía, y es una
historia impresionante. Nosotros tenemos un tiempo que es bidimensional, el
reloj, y el tiempo es cuarta dimensión, o sea que lo bajaron al plano. La
tierra desentona cuando deja de estar en sincronía con la galaxia. Dicen que
aparecen las plagas. Sí, creo que a nosotros no nos tienen que enseñar muchas
cosas para saber que el humano ha incidido de una manera brutal en todo el
viaje vital. Porque el humano es un viviente
y no está llamado a definir la vida. La vida está antes que nosotros. Y
nos hemos sentido dueños, superiores, es ridículo. La flor en la selva florece
y exuda su olor hacia el cosmos así nosotros no la veamos”.
¿Qué
implicaciones tuvo que ellos supieran del cero?
“No solo el cero sino
el sistema vigesimal. Ellos tenían base 20, nosotros tenemos base 10, obviamente tenían conteos muy distintos. Tienen
una 10 milésima de error con respecto al año cósmico. La Nasa en todos los
cálculos que hace se basa en los cálculos Mayas. Nosotros tenemos un conteo del
tiempo muy malo, cuando el tiempo es la correa de transmisión como decían
ellos. Hablemos kantianamente, un apriorismo, algo que subyace, uno tiene que
ir acorde con todo eso que va, con la misma energía de la galaxia y del conteo
del tiempo. Como si todos los astros fueran una piñonearía del gran reloj. Se
espera que colapsen muchos sistemas incluso. Eso como que ha ocurrido muchas
veces. Porque nosotros tenemos un empañetamiento, una historia trunca, hemos
perdido la memoria. Ellos dicen que el problema de nosotros es que se nos
olvidó que se nos olvidó. Yo pienso como en una bomba atómica mental, por ser
más romántico. Definitivamente dominar el tiempo es dominarlo todo”.
¿Qué
ocurrirá el 21 de diciembre de 2012?
“Ellos dicen que para
esa fecha el sol de nuestro sistema se alineará con el sol central de la
galaxia, que lo llaman Hunab ku. Y eso
es una cuestión energética muy poderosa. Hunab Ku es el sol de la galaxia”.
¿Cuál
es el sentido de la vida según los Mayas?
“El sentido del vida
era digamos el respeto a la naturaleza. Ellos conocían los movimientos
rotacionales, translacionales, sinódicos. Ponían a sus habitantes a mirar una
estrella, observaban cuando la estrella daba una vuelta. Tienen un conocimiento
de los planetas antes de Hubble, eso da cuenta de que conocían la galaxia y sus
viajes. Estamos hablando de Mayas antiguos. Ahora los Quiché [etnia
guatemalteca] obviamente no tienen todas esas memorias. Los mayas se han puesto
de moda, todos se mantienen especulando, y los gringos dañando, que es lo que
le gusta hacer. Uno tendría que ser más reflexivo y más crítico al mirar esos
programas. La gente cree que eso es cierto. Los físicos que aparecen por ahí
son los fashión, los físicos serios del planeta no aparecen por ahí. Es todo un
negocio de minar conciencias, dejar que uno se quede oscuro y no mire al cielo.
Mira la evolución del concepto tiempo, el tiempo es oro, eso es muerte, eso te
hace esclavo. Si es oro te hacen sentir culpable si lo pierdes, cuando eso era
la contemplación, la posibilidad de reflexionar en el ser, así nace la
matemática y la filosofía”.
Pensar
en las partículas cósmicas que atraviesan continuamente la tierra es ser un
modo de entender lo que puede pasar, el llamado rayo sincronizador, háblenos de
todo eso invisible que compone el espacio-tiempo.
“Es como si todas las
dimensiones estuvieran acá. Nos están atravesando todo el tiempo partículas a
velocidades muy altas. Pero cualquier cambio particular obviamente va a cambiar
toda la estructura. Existe la teoría de supercuerdas, cuerdas de tamaños
infinitesimales que son las que componen como todo. Estamos inhalando lo que el
otro exhala, todo está vinculado, es una simbiosis de todo. Por ejemplo los campos morfogenéticos, que es
como si el pensamiento estuviera ahí, uno simplemente fuera un transductor,
como una antena. Nosotros no concebimos esas dimensiones por nuestra cerrazón,
pero a través de la meditación se puede penetrar esos estados de la mente. Y
mirando a nivel de partículas, si hay un cambio a nivel fotónico entonces tiene
que ocurrir una transformación muy grande al nivel de las estructuras y de la
materia. Con nosotros todo es evidente, lo que vemos, entonces el ser humano le
ha dejado al más allá lo que tiene que hacer más acá. Somos maduros en el
cuerpo, en la mente, en la razón y apenas estamos incursionando en el espíritu.
Dicen que lo que sabemos y lo que no es el 10 % del universo. La física
abandonó el campo unificado, ya no va en su busca. El 5 para los Mayas, representado
con una rayita, es la fuerza nuclear, es la cohesionadora. Es la fuerza
unificadora de las fuerzas conocidas, electromagnética, gravitacional, débil y
fuerte. Ya casi que eso raya con dios, en el sentido de que es una fuerza como
el amor, no ese amor que aquí volvimos capricho y canción, sino el vínculo
desde los corazones mismos con el corazón de la galaxia”.
Texto publicado en la edición N° 8, Educación
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